Las zonas residenciales siguen siendo las favoritas de los delincuentes. La Molina, Surco, San Isidro y Miraflores han sido los más afectados. (Martín Pauca)Por Lourdes Fernández
Cuando Carmela ingresó a su vivienda no imaginó encontrar una escena tan sorprendente: su casa, ubicada en Santiago de Surco, estaba casi vacía. Aquel día, un grupo de delincuentes había cargado con todo en apenas una hora. Su caso es uno más de los cientos que se dan en la capital.
ALARMA. Según el jefe de la División de Investigación de Robos de la Dirincri, coronel César Cortijo, en 2008 se presentaron 390 denuncias por este tipo de delito y, en lo que va del año, 409. De aquel total, el 75% (es decir, más de 300) corresponde a robos en domicilios.
Las zonas residenciales siguen siendo las favoritas de los delincuentes. Vecinos de distritos como La Molina, Surco, San Isidro y Miraflores han sido los más afectados. Sin embargo, no son los únicos.
De acuerdo con la Policía, en Los Olivos, Lince y Jesús María, las denuncias por este tipo de asaltos han empezado a preocupar. “Ahora ya no distinguen clases económicas. Los delincuentes son capaces de atacar por robar un simple televisor”, alerta Cortijo.
A pesar de que la Policía ha atrapado a más de 50 bandas dedicadas a este tipo de atraco, tiene un gran problema: muchos de los agraviados no denuncian el hurto.
Por ejemplo, el último jueves fueron detenidos los integrantes de la banda “Ángelo y sus Secuaces’ en una casa ubicada en el pasaje Pizarro, en La Victoria. Los ladrones fueron hallados con artefactos y con diversos objetos que aún no han podido ser devueltos a sus dueños.
Cortijo refiere que otra gran desventaja para detener a los hampones son las leyes que entorpecen las investigaciones. “Podemos detener a un asaltante infraganti. Pero, si la familia afectada no colabora y no denuncia el hecho, solo podemos detener al delincuente por 24 horas”, advierte.
Al respecto, Gabriel Prado, especialista en temas de seguridad, sostiene que esta falta de participación ciudadana revela la desconfianza que tiene la gente hacia la labor policial.
Según Prado, hay poco compromiso para hacer las denuncias “porque los resultados son muy poco auspiciosos”. Asimismo, señala que el alto porcentaje de las denuncias que sí se llegan a concretar demuestra que hay un grave problema que se debe abordar.
“Hay un indicador clave que revelan las encuestas: ocho de cada 10 personas han sufrido asaltos en sus casas. Es preocupante”, añade.
A CONTROL REMOTO. Uno de los detalles más sorprendentes en estos asaltos es el ingenio de los malhechores. Últimamente han aparecido nuevas modalidades además de las ya conocidas, como la “monra’ –en la que se emplean palancas de fierro para abrir las chapas de las puertas– o el denominado “rififi’ –que consiste en ingresar al domicilio a través del tragaluz–.
Ahora, los rateros compran un control remoto genérico o universal que les permite abrir las cocheras con puertas levadizas automáticas.
“Aprovechan que en la mayoría de residencias no hay nadie por las mañanas para rondar las calles y elegir a su víctima”, detalla el oficial.
Los delincuentes “tantean’ por las urbanizaciones con el control remoto hasta encontrar alguna puerta que se abra. Luego, solo les basta 15 minutos para apoderarse de las cosas de valor y huir. Muchas de estas bandas “trabajan’ con la ayuda de los vigilantes de seguridad.
Por ello, afirma la Policía, las familias instalan alarmas o sistemas tecnológicos que puedan resguardar sus domicilios. Pero a pesar de este tipo de precauciones, y tal como lo revelan las cifras, los ladrones de casas no tienen límites.
RECOMENDACIONES
- Emplee un seguro adicional en la parte interior de la puerta de su domicilio o del garaje para evitar que sea abierta con facilidad.
- Evite que su casa se quede sola. Si no puede hacerlo, coordine con una persona de su confianza para que la mantenga vigilada.
- En caso de haber perdido las llaves de su casa o el control remoto de su garaje, cambie el sistema de seguridad inmediatamente.
- Nunca confíe en las versiones de extraños sobre accidentes o hechos inesperados que pudieran haberle ocurrido a un familiar. Antes de prestarles atención, confirme el hecho.
- No revele detalles de su vida cotidiana a desconocidos.
FUENTE: Policía Nacional
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